lunes, 9 de diciembre de 2024

El adiós de Romeo y Julieta

 


A veces me sorprendo buscándote,
Te busco entre gentes que no conozco,
Con la infantil esperanza de que tu rostro,
Memorizado, me encuentre y me revele,
Que el brillo de tu mirada, hallado en el pasado,
Me sorprenda, como el eco lejano de lo que ayer me dijo un ave.

Y me da tristeza, porque no hubo lugares que coleccionar,
Ni planes que repetir para recordarte,
No tenemos sitios en común donde tropezarnos,
Eso es una tortura, pero a la vez un alivio.

Morimos, y solo queda el recuerdo
de cuando hablábamos bajito,
Riéndonos de todo, sobre todo de nosotros.
Nosotros, jugando a ser Romeo y Julieta,
Jugando a que éramos felices
En un mundo que solo existía cuando estábamos juntos.

De alguna manera me alegra que nuestro mundo fuera pequeño,
Alimentado de nuestras bromas,
Que solo seríamos capaces de entenderlas nosotros,
Aún resuenan en las paredes nuestras risas,
Aún puedo repetir en mi memoria nuestras rutinas,
Aún te veo diciéndome adiós en la puerta de la escalera,
Todavía compro el mismo jabón que usaste la última vez.

Pero ya la cama no se deshace como lo hacías tú,
Y las almohadas ya no huelen a ti,
No hay madrugadas los domingos,
No hay chistes, ni planes para descubrir cosas que no valgan la pena,
Ya no hay Romeos y no volverá a haber Julietas.


miércoles, 23 de octubre de 2024

Quimera


Y me gustaría contarte ese sueño que soñé mientras caminaba.
Cuando mis pies marcaban un camino imaginario hasta el inicio de tus labios, 
Que ellos no fueron la estación, sino el lugar por el que pasaba 
para llegar a tu alma.
Contarte que te sueño cuando estoy despierta, 
que te vivo, 
que te bebo, 
Que no puedo anhelar tenerte 
porque con la fuerza de mi deseo puedo tocarte.
Que pienso en mis pecados veniales contigo, 
los comparo con todo lo que me das, 
y siento que le gané una partida de cartas a un Dios castigador.

Que en mi sueño tomamos tisanas ancestrales, 
y todas saben a ti, 
Lo sé, porque conozco de memoria todos tus sabores 
y todos tus colores, 
incluida la oscuridad de tus ojos.
Contarte que cuando no estás yo te toco
y me das vida. 
Que me divierte verte pasear desnudo por todos los lugares donde te imagino. 
Que cuando mi mano toca tu piel 
y te beso y allí termina el sueño, 
yo aún sonrío 
porque en mi sueño me lleno de ti.