No niego que me gustaría verte sentado en la banca de un centro comercial, de piernas cruzadas leyendo un libro, esperando por mí.
Que me gustaría verte sonreír –con lo hermoso que te ves sonriendo- cuando tus ojos se encuentren con los míos, enternecidos de verte allí.
Pese a eso no puedo negar tampoco, que me gustaría no desearte y que quisiera borrarte, a ti y todos mis recuerdos, porque cuando repaso mi vida me siento tan triste como un solitario caminando entre las nubes sin encontrar su enamorada luna.
Me arrepiento de haberme mostrado fina y transparente, de ver mis ojos deslumbrados ante la simpleza de tu expresión.
Tristemente para mi, no eres diferente y solo tome de ti lo que quise; no eres diferente a los que no son ni tan buenos ni tan malos… amargamente eres un normal melancólico que se leyó un libro… sí, es rabia, pero también es desespero… se me acaban los argumentos y sigues ahí, congelado, inerte, sin posibilidad de reacción…
Que me gustaría verte sonreír –con lo hermoso que te ves sonriendo- cuando tus ojos se encuentren con los míos, enternecidos de verte allí.
Pese a eso no puedo negar tampoco, que me gustaría no desearte y que quisiera borrarte, a ti y todos mis recuerdos, porque cuando repaso mi vida me siento tan triste como un solitario caminando entre las nubes sin encontrar su enamorada luna.
Me arrepiento de haberme mostrado fina y transparente, de ver mis ojos deslumbrados ante la simpleza de tu expresión.
Tristemente para mi, no eres diferente y solo tome de ti lo que quise; no eres diferente a los que no son ni tan buenos ni tan malos… amargamente eres un normal melancólico que se leyó un libro… sí, es rabia, pero también es desespero… se me acaban los argumentos y sigues ahí, congelado, inerte, sin posibilidad de reacción…
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