Este es un escrito de un señor Colombiano, al que pretendo llegar, obviamente las partes en cursiva son las que mas me gustan o en las que me proyecto... ahh si... el nombre del escritor es Hernan Vargascarreño, del que solo tengo un librito, que me encanto!
Que no tengo personalidad ni quiero tenerla
Rafael Cadenas
Me confieso culpable de entender más a los animales
que a las personas
de solazarme días enteros ociosamente mirando pasar
las nubes mientras el mundo trabaja y trabaja
de haber tenido serios deseos/ de matar a unos cuantos
de no ser rápido para tomar decisiones y
pasar como un tontazo cuando no entiendo lo que
hablan a mi alrededor, por ejemplo, la teoría literaria,
el índice dow jones, la ley de educación, etc
de no haber aprendido a pintar para evadirme con
el furor o la tristeza de los colores
de aburrirme soberanamente
de desconfiar de los alumnos que pretendan ser más imbéciles que yo
de no haberme fugado de casa cuando chico y
haber vuelto unos cuantos años después convertido en prestidigitador o en trapecista
de no abrazar ninguna religión más que la naturaleza y su poesía viva
de llorar cuando al alma le venga en gana aunque últimamente eso ya no esté de moda
de tener pocos amigos y muchos amores idos
de soñarme a veces Don Quijote Minotauro Atila o la hetaira más hetaira
de la gran decadencia griega
de jamás ofrecer la otra mejilla/ sin antes sacar el arma que siempre llevo conmigo
de haber declinado con el hachís /porque es tan difícil conseguirlo
de no saberme bonachón ni estable ni dócil
de creer en el delirio en la insania en el caos
de no ser inteligente ni sagaz tanto como despistado amnésico y abúlico
de haber sido feliz/ solo hasta la adolescencia
de que los demás me confundan conmigo/ cuando en realidad me he pasado la vida sin encontrarme
de haber abandonado mi familia y ser incapaz de convivir con alguien
de hablar solo o con los perros o con la lluvia o con los muertos
de detestar el trabajo con horarios tanto como los pésames y las condecoraciones
del gusto por abandonarme en mi hamaca y repasar inútilmente en ella la película de mi vida
de haber deseado muchas veces que un enorme enorme meteorito se estrelle contra la tierra y ¡zas! todo (y todos) quedemos convertidos en pavesas, en polvillo del universo
de amar a Emily a Charles a Kavafi a Dalí
de haber preferido ser un gusano en el buen sentido y apetito de la naturaleza
de haber llegado a los cuarenta y seguir vivo usurpando el oxígeno que otro aprovecharía mejor
de no saber engañar a los demás (que de mí me encargo yo)
de aullarle a la luna y querer ser una sombra nada más…
en fin, que soy culpable culpable de sentirme débil olvidado ajeno prestado presa de dichas y desdichas, aquí, entre todos ustedes, cuando aún (dicen) puedo dar la cara,
pues una vez me haya ido ni del hedor mío podré sentirme culpable.
Que no tengo personalidad ni quiero tenerla
Rafael Cadenas
Me confieso culpable de entender más a los animales
que a las personas
de solazarme días enteros ociosamente mirando pasar
las nubes mientras el mundo trabaja y trabaja
de haber tenido serios deseos/ de matar a unos cuantos
de no ser rápido para tomar decisiones y
pasar como un tontazo cuando no entiendo lo que
hablan a mi alrededor, por ejemplo, la teoría literaria,
el índice dow jones, la ley de educación, etc
de no haber aprendido a pintar para evadirme con
el furor o la tristeza de los colores
de aburrirme soberanamente
de desconfiar de los alumnos que pretendan ser más imbéciles que yo
de no haberme fugado de casa cuando chico y
haber vuelto unos cuantos años después convertido en prestidigitador o en trapecista
de no abrazar ninguna religión más que la naturaleza y su poesía viva
de llorar cuando al alma le venga en gana aunque últimamente eso ya no esté de moda
de tener pocos amigos y muchos amores idos
de soñarme a veces Don Quijote Minotauro Atila o la hetaira más hetaira
de la gran decadencia griega
de jamás ofrecer la otra mejilla/ sin antes sacar el arma que siempre llevo conmigo
de haber declinado con el hachís /porque es tan difícil conseguirlo
de no saberme bonachón ni estable ni dócil
de creer en el delirio en la insania en el caos
de no ser inteligente ni sagaz tanto como despistado amnésico y abúlico
de haber sido feliz/ solo hasta la adolescencia
de que los demás me confundan conmigo/ cuando en realidad me he pasado la vida sin encontrarme
de haber abandonado mi familia y ser incapaz de convivir con alguien
de hablar solo o con los perros o con la lluvia o con los muertos
de detestar el trabajo con horarios tanto como los pésames y las condecoraciones
del gusto por abandonarme en mi hamaca y repasar inútilmente en ella la película de mi vida
de haber deseado muchas veces que un enorme enorme meteorito se estrelle contra la tierra y ¡zas! todo (y todos) quedemos convertidos en pavesas, en polvillo del universo
de amar a Emily a Charles a Kavafi a Dalí
de haber preferido ser un gusano en el buen sentido y apetito de la naturaleza
de haber llegado a los cuarenta y seguir vivo usurpando el oxígeno que otro aprovecharía mejor
de no saber engañar a los demás (que de mí me encargo yo)
de aullarle a la luna y querer ser una sombra nada más…
en fin, que soy culpable culpable de sentirme débil olvidado ajeno prestado presa de dichas y desdichas, aquí, entre todos ustedes, cuando aún (dicen) puedo dar la cara,
pues una vez me haya ido ni del hedor mío podré sentirme culpable.